La transmisión de enfermedades que se propagan por el aire tiene lugar cuando una persona susceptible inhala un número suficiente de patógenos activos como para causar una infección, es decir, una dosis infecciosa. Los procesos de tratamiento del aire, tales como la dilución, filtración y desinfección del aire, pueden reducir su concentración en patógenos activos y, por tanto, el riesgo de infección. Los procesos mencionados son solo un elemento de un plan de gestión de riesgos bien diseñado. Pueden no eliminar completamente el riesgo y pueden no ser tan eficaces como otras medidas de mitigación del riesgo. Sin embargo, se ha demostrado que el control inadecuado de las exposiciones en interiores contribuye a un riesgo elevado, por lo que es importante lograr un equilibrio entre los niveles de control que crean un alto riesgo y los que no ofrecen un rendimiento óptimo satisfactorio.
Los requisitos explícitos para la gestión del riesgo de infección en el aire no han sido considerados durante el último siglo en los estándares de calidad del aire interior (CAI), con la excepción de los elaborados para hospitales y laboratorios. ASHVE (American Society of Heating and Ventilating Engineers) la sociedad predecesora de ASHRAE, publicó las recomendaciones de ventilación en 1895 destinadas a reducir la transmisión de enfermedades, que fueron incorporadas en un proyecto de ley modelo en 1914 e incluidas en 22 códigos estatales de EE.UU. en 1922. En la década de 1930, los estándares de CAI comenzaron a adoptar definiciones de calidad adecuada de aire interior (CAI) que se centraron en la calidad del aire percibido y el control de contaminantes químicos y partículas típicas y que establecen las tasas mínimas de ventilación a valores generalmente mucho más bajos que los valores originales de ASHVE. Desde entonces, ha aumentado la conciencia de que los entornos construidos interiores desempeñan un papel importante en la transmisión de enfermedades. Las primeras contribuciones de ASHRAE sobre este tema incluyen el documento “Position Document on Airborne Infectious Diseases” publicado en el año 2009 y revisado en el 2022 como “Documento de Posicionamiento de ASHRAE sobre Aerosoles Infecciosos”. Desgraciadamente, esa conciencia no se ha materializado, hasta ahora, en cambios significativos en estándares y códigos, a pesar de la preocupación de que un evento infeccioso histórico a gran escala, al nivel de la pandemia de gripe española de 1918 era muy probable. Muchas epidemias menos virulentas en las últimas décadas que involucraban gripe y coronavirus generaron preocupación momentánea, aunque luego se desvanecieron en la memoria.
La pandemia COVID-19 causó enormes daños personales, sociales y económicos, muchos de los cuales motivaron el cierre de edificios públicos debido a la percepción generalizada (apoyada por una evidencia considerable) de que eran entornos de alto riesgo para la transmisión de infecciones. Esta experiencia intensificó el debate sobre la adecuación de los estándares CAI existentes, incluyendo los estándares basados en códigos como el Estándar 62.1 de ANSI/ASHRAE, y suscitó una llamada renovada de urgencia para un marco de actuación mejor enfocado. Reconociendo que los entornos interiores no estaban bien preparados para mitigar el riesgo de transmisión del COVID-19, ASHRAE formó un Grupo de Trabajo, el ETF (“Epidemic Task Force”) a principios del año 2020. En cuestión de meses, el Grupo ETF de ASHRAE desarrolló un magnífico enfoque de orientación que ha sido muy bien recibido y ampliamente utilizado. Abordó la ventilación, filtración, purificación y distribución de aire, el commissioning, funcionamiento y gestión de las instalaciones de climatización en diversos tipos de edificios, y presentó un marco para la planificación de mejoras efectivas, que no tenía la intención de establecer nuevos requisitos mínimos aplicables, pero si de sentar las bases para su desarrollo, como siguiente paso lógico.
El catalizador para el desarrollo del Estándar 241 fue el análisis entre ASHRAE y el “White House COVID-19 Response Team” sobre la necesidad de nuevos y mejores estándares sobre CAI. Se alentó a ASHRAE a tomar la iniciativa en el desarrollo de un nuevo estándar para el control de patógenos en el aire.
El 6 de diciembre de 2022, el Comité de Dirección (BOD) de ASHRAE autorizó el desarrollo de un estándar con el objetivo de publicarlo en seis meses, y autorizó la aplicación de procedimientos especiales para poderlo hacer. El alcance del proyecto aprobado por el Comité de Dirección (BOD) también expresó la intención de “trabajar para incorporar disposiciones similares en los estándares existentes de ASHRAE sobre CAI”, específicamente los Estándares ANSI/ASHRAE 62.1 y 62.2, tal vez como requisitos opcionales.
Los miembros del Comité de Proyecto, el título, objetivo y alcance del estándar fueron aprobados en la Conferencia de Invierno de ASHRAE del 2023, y el comité comenzó su trabajo en febrero. Un borrador fue aprobado para revisión pública consultiva el 11 de mayo del 2023, que recibió más de 1000 comentarios. El borrador revisado fue aprobado para su publicación por el Comité de Proyectos el 15 de junio del 2023, y el Comité de Estándares de ASHRAE dio su aprobación final el 24 de junio de 2023.
El objetivo de este estándar es establecer los requisitos mínimos para el control de los aerosoles infecciosos con el fin de reducir el riesgo de transmisión de enfermedades en el espacio habitable en los edificios nuevos, renovados y existentes, incluidos los requisitos para el diseño, montaje, commissioning, operación y mantenimiento de los sistemas de aire exterior y de purificación de aire.
Este estándar define el caudal de aire limpio equivalente necesario para reducir sustancialmente el riesgo de transmisión de enfermedades durante el modo de gestión del riesgo de infección.
Este estándar no aborda los requisitos para mantener una calidad adecuada del aire interior; no puede reducir sustancialmente el riesgo de transmisión en todas las situaciones debido a la diversidad de los agentes infecciosos y a la propia susceptibilidad personal; se refiere únicamente a la transmisión a larga distancia en interiores resultante de la inhalación de aerosoles infecciosos emitidos por un infectador que no está muy cerca de un ocupante susceptible; no determina las condiciones en las que debe invocarse el modo de gestión del riesgo de infección; y ningún requisito de este estándar se utilizará para eludir las normas de salud, seguridad o confort requeridas por la autoridad competente.
Ha sido traducido bajo los derechos de autor © 2023 y con la debida autorización de ASHRAE. La traducción ha sido realizada por Paulino Pastor, Andrés J. Sepúlveda y Miguel Hernández del Grupo Aire Limpio.
Puedes descargar la preview del estándar (click en “Preview).
Contacta con nosotros si te interesa adquirir un ejemplar.