CAI y el impacto en las bajas por enfermedad
Los estándares 62.1 y 170 de ASHRAE han sido pioneros en abordar la ventilación de fondo, no vinculada exclusivamente a la ocupación.
Este artículo que compartimos explora cómo el diseño y la operación de los sistemas de ventilación pueden impactar directamente en indicadores clave, como la reducción del ausentismo laboral y la mejora del rendimiento de los empleados, anticipándose a problemáticas que hoy son críticas en el diseño de espacios saludables y sostenibles.
En España, la normativa del RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) establece, en su Instrucción Técnica IT 1.4 sobre Calidad Ambiental, requisitos mínimos de caudales de ventilación en oficinas, orientados a garantizar la renovación de aire y el control de contaminantes. Por ejemplo, el RITE especifica un caudal mínimo de ventilación de 12.5 L/s por persona (equivalente a 45 m³/h por persona) para garantizar niveles aceptables de calidad de aire interior, una directriz que converge con los principios establecidos por ASHRAE en la época.
Lo relevante del enfoque de ASHRAE en el año 2002 es que ya identificaba métricas críticas como el índice de densidad de ocupación (área mínima por persona) y el caudal de ventilación por ocupante, adelantándose a normativas actuales. En este sentido, el artículo presenta conceptos como el umbral de 100 ft² por persona (9.29 m²/persona) como referencia para evitar alta ocupacion y garantizar un suministro de aire adecuado, un parámetro que puede interpretarse como el preámbulo a lo que en el RITE se conoce como el control del CO₂ en espacios ocupados.
Esto refuerza la importancia de los sistemas de monitorización y control automático, que el RITE también recoge en su enfoque hacia instalaciones más eficientes y sostenibles.
El artículo ha sido traducido por nuestra presidenta María del Mar Serna.